domingo, 19 de abril de 2015

Mi amigo "Coco"

          En el bosque de Irlanda existía un monstruo de aspecto salvaje y desagradable. Su cabeza era enorme, con rulos de metal, dos ojos terriblemente grandes, un pequeño hocico y una boca ancha con dientes afilados.
         Su cuerpo cubierto de escamas era del tamaño de una puerta, que se apoyaba en dos patas de gran tamaño.
          Estábamos pasando un día de campo con mi familia cuando escuchamos un rugido aterrador que venía desde atrás de la arboleda y allí apareció. Al principio nos asustamos, pero como no nos hacía nada, nos tranquilizamos. Aquella bestia salvaje estaba buscando refugio y comida. Yo extendí mi mano para acercarle un pedazo de torta y una botella con agua. Me sorprendí al ver cómo me sonreía y emitía sonidos de agradecimiento. En ese momento supe que solo su aspecto daba miedo, pero sin embargo era una criatura inofensiva y sensible.
          Cuando anocheció fue momento de regresar a casa. Me daba mucha pena dejar a "Coco", ya que así lo había bautizado. Le prometí que en cuanto mi familia se durmiera, lo iría a buscar. Y así lo hice. A medianoche, volví al lugar y ya no estaba y en ese instante pensé que se había ido a dormir, por lo cual fui a buscar mi linterna y empecé a recorrer el lugar.
          Un rato después, lo encontré, le tendí mi mano y él me alzó. Así llegamos a mi casa. le mostré el galpón donde iba a vivir, que había preparado con un colchón, una fuente para la comida y un balde con agua. De tan contento y agradecido que estaba, Coco me dio un abrazó y me quedé a dormir con él.          



                                                                               FIN