miércoles, 23 de noviembre de 2016

ENTREVISTA                                            
                                                                                                                                       23/11/2016

Leonardo Gabriel Acosta, dueño y organizador del salón de eventos “Casablanca”

Fiestas: Características, quejas y más…

Por Donato Battista

Leonardo Acosta ha organizado más de 1000 eventos, ejerce su profesión hace

más de 20 años y hoy comparte sus experiencias con nosotros


DB:- ¿Qué se siente cargar con el peso de una fiesta, y más cuando es de 15?

LA:- Que sea o no de 15 no varía, es lo mismo. Lo que tiene un evento es que es espontáneo,

entonces lo que uno hace no lo puede revertir; si sale bien, sale bien y si sale mal, sale mal.

La fiesta es así, en vivo. Como si fuera una obra teatral, tiene que estar en tiempo y forma.

DB:-¿Qué te llevó a elegir esta profesión?

LA:- Es un emprendimiento familiar. En su momento demasiadas opciones yo no tenía. Antes

de organizar eventos era disc-jockey.

DB:-¿Hace cuánto la ejerces?

LA:- Hace bastante tiempo, ya se cumplen veinticinco años.

DB:-¿Nunca te cansaste de esto?

LA:-Nunca me cansé, para nada. Me encanta lo que hago.

DB:-¿Tuviste quejas? ¿Si es así, cuales son las más comunes?

LA:-Quejas hay siempre; en realidad, son las menos las que recibimos. Por suerte nos sale muy

bien el trabajo. En este momento no recuerdo ninguna puntual.













                                                             
               
                                                                        Leonardo Acosta abriendo la recepción de un evento


DB:-¿Qué es lo que más te gusta y por que?

LA:- Me gusta el momento de la finalización del evento, cuando todo salió bien y uno se relaja.

DB:-¿Alguna vez sufriste algún accidente o algún invitado o cumpleañera?

LA:-En tantos años, tuvimos gente que se ha quebrado, gente que se ha desmayado.

DB:-¿Alguno que te haya llamado la atención?

LA:-Les cuento uno gracioso: una fiesta de 50 años de casado, el homenajeado, que tenía como 90 años, se desmayó. Se despertó en la clínica y

dijo: ¿Qué hago acá y no en la fiesta?

DB:-¿Si te dan una opinión la aceptás y cambiás al instante o esperás a que mucha gente lo diga? ¿O no le das importancia?

LA:-Lo tomo como algo para aprender, pero tampoco en forma urgente; Ya que
hay que ser objetivo y saber quién es la persona que te lo dice y su
contexto.
Esto es como todo en la vida, no podes cambiar por el
pensamiento de los demás, hay que estar seguro de lo que hacemos y no se

puede cambiar cada cosa que dice la gente, eso es imposible.


Así concluimos con la entrevista muchas gracias por tu tiempo. Espero que les guste.

Aca les dejo un destacado oral y uno escrito:




DESTACADO: Es como una obra de teatro si sale bien, sale bien y si sale mal, sale mal.

domingo, 17 de abril de 2016

PARODIA DEL CUENTO TRADICIONAL


                                Blancanieves y sus contratiempos


Había una vez una chica que estaba re buena y se llamaba Blancanieves. Cuando era una nena, su mamá se murió en un accidente doméstico: una noche mientras dormía, se cayó de la cama golpeándose mortalmente la cabeza. Al poco tiempo su padre se volvió a casar con una vieja malvada que tenía un espejo mágico al cual todos los días le preguntaba:

-Espejito espejito, ¿quién es la más bonita?
Tú, mi ama, si eres una diosa...

Un día, la vieja malvada preguntó quién era la más bonita del reino. Pero esta vez el espejo había elegido a Blancanieves. Como consecuencia, ella llamaría a sus sirvientes para que la mataran y como prueba pidió su corazón. Ellos invitaron a la pobre e indefensa Blancanieves a tomar un fernet envenenado, pero en el camino, tomaron conciencia y le contaron los planes de la malvada vieja y la dejaron escapar, porque pensaban que no debía ser asesinada por ser tan buena. Mientras escapaba encontró una casita. Entró. Había siete platos con comida, siete camitas para dormir, un plasma de 60 pulgadas, la play 4 y el fifa 16; empezó a jugar y una hora después, llegaron los enanitos. Le preguntaron quién era y por qué estaba allí. "Mi nombre es Blancanieves y escapo de mi malvada madrastra que me quiere envenenar", respondió.

Ella les preguntó si podía quedarse como hermana y todos saltaron de alegría. De haber sabido cuáles eran las intenciones de esa hermosa chica, no hubiesen aceptado. Nunca los trato como hermanos sino como esclavos; Blancanieves se negaba a limpiar la casa y se la pasaba todo el día tirada en el sillón comiendo, mirando televisión y jugando a la play.

Un día llegó una señora muy vieja que vendía pochoclos con azúcar, que no era tal, sino veneno con colorante. Mientras los saboreaba, cayó al piso, pues la vendedora no era otra que su madrastra, quien fue riendo a carcajadas. Los hermanos enanos respiraron aliviados al verla muerta, pero rápidamente se entristecieron. Entonces fabricaron una caja de cristal donde la pusieron. En ese momento pasó un príncipe caminando, quien la vio, le dio un beso y la despertó.

Finalmente, planearon la boda y terminaron viviendo todos felices y comiendo perdices.